La fórmula para la victoria
espiritual se expresa con frecuencia en términos de «sed llenos del Espíritu»,
y esto es correcto. Efectivamente, la espiritualidad es ser lleno del Espíritu
Santo. Pero ¿qué es lo que significa ser lleno del Espíritu? ¿Cuáles serán las
características de una vida llena del Espíritu? ¿Puede una persona saber si es
llena del Espíritu? Estas preguntas, importantes como son, no se contestan
fácilmente y cuando lo son, las respuestas no son muy claras. Pero nosotros
hemos de tratar de encontrar contestaciones claras de la Palabra de Dios,
porque el ser lleno del Espíritu es básico para llevar una vida cristiana
equilibrada.
¿Qué es el ser lleno del Espíritu?
Como con la mayoría de conceptos,
una definición clara es de la mayor importancia, no sólo para comprender la
idea básica que entraña, sino para guiamos en las ramificaciones que se
desprenden de ella. La superestructura levantada encima de una idea no es mejor
que la definición de ella como cimiento. La guía para definir debidamente el
ser lleno del Espíritu se encuentra en Efesios 5: 18: «No os embriaguéis con
vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu».
Sencillamente es la comparación entre la borrachera y el ser llenos del
Espíritu. No vamos a negar que haya un agudo contraste entre estos dos estados
en el versículo, pero sí decimos que la comparación es lo que da la clave para
que nosotros tengamos una debida definición del ser llenos del Espíritu. Y la
idea básica, o la clave, es el concepto del control.
Eso es lo que vemos en la
comparación, porque tanto el embriagado como la persona espiritual son seres
controlados, el uno por el alcohol que ha consumido y el otro por el Espíritu a
quien ha recibido. Bajo la influencia o control del licor la persona actúa y
piensa de formas que no le son naturales. Del mismo modo, el cristiano que está
controlado o influenciado por el Espíritu piensa y actúa de formas que no le
son naturales. Esto no significa que su vida sea errática o anormal, sino que
ya no vivirá una vida gobernada por lo que le es natural, es decir, por su
vieja naturaleza. Por tanto, el ser lleno del Espíritu es ser controlado por el
Espíritu.
Otro hecho acerca de ser lleno
del Espíritu que también indica Efesios 5: 18 es que se trata de una
experiencia repetible. El tiempo del verbo está en presente lo que sugiere una
acción continua en contraste con la acción única que es instantánea. En otras
palabras, un cristiano puede ser lleno, y lleno y lleno otra vez. Esto se
ilustra en la experiencia de los apóstoles durante los primeros días de la
iglesia. En el día de Pentecostés fueron todos llenos del Espíritu Santo (Hch.
2:4). Poco tiempo después, después de una reunión de oración para obtener
valor, el mismo grupo fue lleno de nuevo (Hch. 4:31). Interesante e importante
es notar que los apóstoles no tuvieron necesidad de ser llenos esta segunda vez
porque hubieran cometido algún pecado específico en sus vidas después del día
de Pentecostés. El ser llenado por segunda vez fue necesario porque necesitaban
control de un nuevo aspecto (el valor) frente a un nuevo problema (la
prohibición de hablar por parte del sanedrín). En otras palabras, el ser
llenados repetidas veces puede ser necesario porque nuevos aspectos de la vida
surgen a la luz que deben ser llevados bajo el control del Espíritu. Desde
luego, también es verdad que el cristiano necesita ser lleno de nuevo, una y
otra vez, cuando el pecado (que es el control del ego) rompe el control del
Espíritu.
Hay todavía otro hecho acerca de
ser lleno del Espíritu Santo sugerido en Efesios 5: 1 8. El ser lleno del
Espíritu es un mandato para el cristiano por cuanto el verbo está en imperativo
(“sed llenos”). Se supone que los cristianos sean llenos del Espíritu; no es
que tengan opción. Otra vez el libro de los Hechos nos ilustra esta cuestión,
porque el ser lleno se menciona por lo menos nueve veces allí y siempre en
relación con el estado ideal o deseado del individuo o de la iglesia. y, desde
luego, el Espíritu está dispuesto a hacer lo mismo hoy con la iglesia.
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