De Fariseo o Escriba a verdadero
Discípulo de Cristo
San Marcos 7: 6
“Respondiendo él, les dijo:
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito:
Este pueblo de labios me honra,
Mas su corazón está lejos de mí”
Una de las cosas más fáciles que
hay en el cristianismo, es el aparentar santidad, es decir querer mostrar a los
demás una vida muy diferente a la que en intimidad tenemos.
En este pasaje podemos leer como
Jesús les llama Hipócritas a los fariseos y escribas y trae a su memoria las
palabras del profeta Isaías: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón
esta lejos de mi.
¿A que se refería Jesús con: Este
pueblo de labios me honra?, sencillo se refería a la falsedad que muchas veces
hay en nuestro vocabulario. Tu puedes ir por el mundo hablando cosas lindas de
Dios, las cuales nadie te niega que no sean así, ¿Pero realmente bastara solo
con hablar lindo de Dios?, Dios no quiere que usemos falsamente palabras lindas
para referirnos a El si en realidad esas palabras no salen o no nacen de un
corazón sincero y transparente.
La palabra hipocresía viene del
una palabra griega que traducido al español es: “actor de teatro”, es decir que
un hipócrita es alguien que exteriormente esta aparentando algo que no es o
simplemente esta fingiendo.
¿Será que fingimos muchas veces
en nuestra vida diaria?, ¿Será que algunos de nosotros somos actores de
primera?, Pero aun cuando fueras el mejor actor que puede haber sobre la faz de
la tierra ¿Podrías engañar a Dios?, no nos engañemos, Dios no puede ser
burlado.
La Segunda frase que Jesús
menciona encierra una gran verdad: “Mas su corazón esta lejos de mi”. ¿Cuántas
veces hemos estado alabando a Dios con nuestros labios, pero nuestro corazón no
esta en devoción hacia El?, no me vayas a decir que jamás te ha ocurrido,
porque serias el primer Fariseo o Escriba de la lista.
Todos en algún momento de nuestro
caminar cristiano hemos sido hipócritas con Dios, con nuestro hermano y peor
aun, con nosotros mismos. ¿Pero será que no hay remedio para eso?, si lo hay,
el antídoto para la falsedad es la sinceridad.
Tu puedes aparentar una gran
santidad o un gran liderazgo, pero si realmente tu corazón no esta conectado en
la frecuencia del Señor para hacer su voluntad, no te la creas, deja de
mentirte a ti mismo y a los demás, mejor arrepiéntete de tus pecados y de tu
vida desastrosa que llevas en la intimidad con Dios.
Dios no anda buscando gente que
sea experta para fingir, Dios busca personas sinceras, humildes y con ganas de
querer cambiar. Dios no puede usar a un Fariseo o a un Escriba si este es un
hipócrita, primero tiene que desechar la hipocresía, para que el Poder de Dios
pueda moverse en esa vida.
Amigo mío, posiblemente estés
llevando una vida cristiana fingida, pero Dios en esta hora te quiere dar una
oportunidad, una oportunidad de transformarte de ser un Fariseo o Escriba, a
ser un verdadero discípulo de El. Con errores talvez, imperfecto talvez, pero
con ganas de permitir que Jesús transforme tu vida.
No hay peor cristiano que aquel
que finge y finge sin ni siquiera sentir el mínimo deseo de querer dejar de
hacerlo y comenzar a ser sincero consigo mismo.
Autor: Enrique Monterroza
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